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Llueve
demasiado este verano,
los
mosquitos señorean en mi patio,
los
perros no salen de sus cuchas,
en
los bares hay gente que no brinda.
y
desprenden de los cables de once
las
zapatillas colgadas de los muertos.
Debe
ser por causa del diluvio,
quizás
tanta agua,
sin
darnos cuenta lava nuestra memoria.
y
a la vuelta de una esquina se detendrán mis latidos,
algún
curioso sacudirá la memoria, y si es valiente,
después
de la tormenta rescatará la historia.
liberará
a los perros y cantará en los bares,
resucitará
a los muertos por asfixia,
y
su guitarra hablará de amor y vida.
En
sus ojos habitará la pena,
pero su voz gritará victoria.